Shelly se extrae del exoesqueleto de los crustáceos (proceso industrial estándar). Es adecuado para aplicaciones agrícolas debido a su bajo contenido de metales pesados. Aplicado por vía foliar permite: acción directa contra parásitos y patógenos de los cultivos, aumento de los microorganismos útiles para la planta, mejores defensas contra el estrés biótico. También regula el crecimiento de las plantas, el desarrollo, la nutrición y la tolerancia al estrés abiótico. En aplicación radical Shelly mejora el desarrollo de la raíz y estimula una mayor resistencia contra ataques de nematodos, bacterias y hongos.